Propuesta final a Vincent Van Gogh

 Querido Vincent:

Esta carta que escribo ante usted iba a ser de agradecimiento y despedida. Ya me sentía una molestia. Entiendo profundamente su postura, mi cabeza se involucró utópicamente con este proyecto. Cada día que abría mis ojos planeaba, visualizaba y boceteaba sobre nuestra obra; aquella creación hipotética, hasta en mis más profundos sueños se entrometía. Un sueño que en las noches emprendía vuelo y en el día se plasmaba en mis líneas. 

Ahora se debe estar preguntando a qué vendrá esta carta ahora… Pues yo creo profundamente en las causalidades. En estos días, a mi hija Isabella le han dado un trabajo de pintura para la escuela. La aprecié pintando, creando, ideando e inmediatamente la proyecté en usted. Me conmovió mucho ver a uno de mis tesoros de la vida expresándose a través del pincel sobre el lienzo. Admiré su anhelo, dedicación y autenticidad plasmada en la obra. Vincular a Isa con usted Vincent, me ha hecho desbordar de la emoción…

Y por eso vengo a proponerle por última vez un nuevo sueño. Se me ha ocurrido fusionar su arte con niños y niñas. En el transcurso de nuestras cartas, hemos conversado acerca de la ignorancia, antipatía y violencia de las personas que se nos han cruzado en nuestras vidas. En conjunto podríamos construir un taller de arte para los pequeños humanos: transmitirles a través de sus pinturas conocimientos artísticos; acompañarlos a manipular los pinceles a la hora de crear, imaginar y expresar. Pero sobre todo, con nuestras experiencias, enseñarles lo más importante: los valores que he mencionado anteriormente (carentes en la mayoría de los adultos). 

Dígame qué le parece. De nuevo, me disculpo por mi insistencia. No espero un “sí” explícito. No podía no manifestar esta idea, que con todo el amor que tengo (gracias a mis hijos), espero que le guste.

Espero su respuesta,

Florencia de la V.